El reloj a marcado otra hora
y aquí estoy en mi lecho pensándote
imagino que esta a mi lado
y se llena de vos la penumbra del cuarto,
por momentos me estrecho en tus brazos
y ese dulce placer me hace daño,
me duele el estar soñando.
Con la mente dibujo caricias
y son tan reales, me dejan temblando.
Detesto estas largas ausencias
que me obligan a vivir soñando
pues de una docena de besos reales,
guardo miles de besos soñados.
Estuve en tu vida, muy de vez en cuando,
me invito, en secreto, más que a cada rato.
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