No le temo al pasado
ni al presente
tampoco al futuro impredecible,
te temo a ti, Soledad,
que aprietas sin piedad
el alma mía;
al río que desbordas
y corre sin control
por mis mejillas.
ni al presente
tampoco al futuro impredecible,
te temo a ti, Soledad,
que aprietas sin piedad
el alma mía;
al río que desbordas
y corre sin control
por mis mejillas.
1 comentario:
Magestuoso Gladys!! Una poesía magnífica, que estremece de dolor.
Cariños!
Publicar un comentario