Prisionera del deseo
y encadenada a tu amor,
sentí miedo, sentí miedo
del mundo a mi alrededor
y de ver que me agradaban
las rejas de tu prisión.
Quise huir por el temor;
tu soltaste las cadenas
yo me morí de dolor.
Imploro que me encadenes
porque afuera y con dolor
más me aprisiona el deseo
y ya no tengo tu amor.
Yo me sentencio culpable,
de lo que quieras mi bien;
y me condeno a prisión
a la prisión de tu amor.
Aquí afuera es la condena,
a tu lado el galardón
en tus brazos, con tu amor.
2009
1 comentario:
Que hermosas palabras Gladys!!
El amor a veces aprisiona, es verdad...Pero también nosotros mismos lo hacemos... Creo que una persona enamorada es más libre que cualquier otra en el mundo...
Cariños!!
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